El fragmento debe ser como una pequeña obra de arte, aislado de su alrededor y completo en sí mismo, como un erizo -- Friedrich Schlegel --

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lunes, 8 de octubre de 2012

Prometeo

   Sobre Prometeo informan cuatro leyendas: según la primera, por haber traicionado a los dioses ante los hombres fue encadenado al Cáucaso, y los dioses enviaron águilas que le devoraban el hígado en perpetuo crecimiento.
   Dice la segunda que, retrocediendo de dolor ante los picos despiadados de las aves de presa, Prometeo fue incrustándose cada vez más profundamente en la roca, hasta formar un todo con ella.
   Según la tercera, en el decurso de los milenios se olvidó su traición, los dioses olvidaron, las águilas olvidaron, y él mismo olvidó.
   Según la cuarta, se sintió cansancio de aquello que había perdido todo fundamento. Se cansaron los dioses, se cansaron las águilas, la herida se cerró, cansada.
   Quedó la montaña de roca, inexplicable. La leyenda intenta explicar lo inexplicable. Como se origina en un motivo de verdad, debe finalizar nuevamente en lo inexplicable.

Franz Kafka (1919): La muralla china. Madrid: Alianza, 1973, pág 83.
Prometeo encadenado (1590-1596), de Gregorio Martínez


Recorrido:

El Prometeo original de Hesiodo (siglo VIII a. C.)
El Prometeo filosófico de Platón (inicios del siglo IV a. C.)
El Prometeo romántico de Goethe (1774)
El Prometeo metafórico de Kafka (1919)

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